El martes Francia vivió una enorme jornada de movilización contra las reformas de las universidades, en un movimiento que no para de crecer. Fueron más de 50.000 manifestantes en París, y varios miles en ciudades como Toulouse, Estrasburgo y Marsella. Además, buena parte de las universidades están en huelga, esta vez principalmente gracias al impulso de lxs profesorxs, que se ven atacados directamente por las última medidas del gobierno. ¿A qué se oponen? Desde que llegó al poder, el gobierno de Sarkozy anunció que la reforma del sistema de educación y de investigación nacional sería uno sus objetivos prioritarios. En verano del 2007 aprobó la LRU, ley de la llamada "autonomía universitaria", y que suponía un paso más en la privatización y mercantilización de la universidad, dentro del marco del Proceso de Bolonia. Con la reforma, las universidades pasaban a ser autónomas financieramente, pudiendo vender y comprar sus edificios, y contratar y despedir directamente al personal docente y administrativo. Además, se modificaba el sistema de gobierno de las universidades, aumentando el poder de lxs presidentxs de las universidades (rectores), asimilando al modelo de gestión al de las empresas. Esta ley motivó un fuerte movimiento de los estudiantes en noviembre y diciembre del 2007, retomando las formas de lucha aprendidas durante el CPE (2005), pero que acabó en derrota dado la falta de masividad, la poca implicación de lxs profesorxs y personal, y la traición de la dirección de la UNEF, sindicato estudiantil mayoritario. Pero las reformas no se han quedado aquí. Valerie Pecresse, ministra de educación superior e investigación, ha avanzado en la aplicación del programa neoliberal mediante varias reformas. A finales del curso pasado se presentó la "Operación Campus", equivalente de nuestra "Universidad 2015", poniendo a las universidades a competir entre sí por los fondos públicos, que se darán a cambio de que transformen los campus para favorecer la colaboración "universidad-empresa". Se pretende además desmantelar el CNRS, equivalente del CSIC español, de enorme importancia en el mundo científico europeo y mundial, para convertirlo en una mera "agencia de medios" que externalice la investigación a laboratorios y proyectos preferiblemente privados. Durante el primer trimestre numerosxs investigadorxs se han coordinado para luchar contra esta destrucción de la investigación, retomando les medios de lucha de lxs estudiantxs, y bloqueando por ejemplo el Consejo de Administración del CNRS para evitar que se aprobara el proyecto. Durante este curso, se ha anunciado además una reforma en el concurso de acceso a la profesión de profesor, por el que los opositores debérán además examinarse de contenidos pedagógicos. Esto obliga a las universidades a preparar másteres especificos, que incluyan contenidos psicopedagógicos y compitan así con los másteres disciplinares. Con estos nuevos másteres el Estado se ahorra además el año de prácticas remuneradas que se realizaba después de haber realizado la oposición.Pero la gota que ha colmado el vaso es la reforma del estatuto del personal docente e investigador. En la línea de la LRU, se dota de poder absoluto al presidente de la universidad, que puede decidir sobre la carga docente de lxs profesorxs, precarizando así su estatuto e imposibilitando toda negociación colectiva. La carga docente se concibe en el proyecto como un castigo contra la falta de investigación, en vez de considerar ambas actividades como complementarias la una con la otra. ¿Cómo se está organizando la lucha? Ésta vez, los que llevan la iniciativa son lxs profesores, que por fin se han dado cuenta de que la mercantilización de la educación también les ataca a ellos directamente. Diversos colectivos, desde sindicatos nacionales de profesores (el mayoritario es SNESup, de línea algo combativa), a colectivos en defensa de la universidad nacidos durante las luchas de los últimos años, comenzaron a organizar la movilización, haciendo votar mociones en los distintos consejos de gobierno y de facultad, mostrando la oposición de las universidades a la reforma. Mociones de este tipo se han votado en la mayor parte de las universidades. Después se organizaron reuniones y asambleas, en las que han participado profesores de todo tipo, incluyendo por ejemplo juristas de derechas que siempre habían boicoteado los movimientos estudiantiles, pero que esta vez ven que también les afecta a ellos. Las distintas asambleas de profesorxs se reunieron en una coordinación nacional el 22 de Enero, en la que participaron 46 universidades, y donde se votaron dos mociones: una que denunciaba las reformas y exigía su retirada, y otra que amenazaba con paralizar por completo la universidad si el 2 de febrero no se habían satisfecho las reivindicaciones. Además se proponían modalidades de acción como la retención administrativa de notas, por la cual los profesores no transmiten las notas de lxs alumnxs a la administración, paralizando de esta manera su funcionamiento. Otra modalidad es la no transmisión por parte de los consejos de gobierno del programa de los nuevos másteres pedagógicos al ministerio, negándose así a su aplicación. Esto ha sido asumido también por muchas universidades. Desde el 22 de Enero, que coincidió con un provocador discurso de Sarkozy donde se insultaba y menospreciaba a todos los componentes de sistema universitario y de investigación, el movimiento y la rabia no ha hecho más que crecer. El dos de febrero la coordinación reunía más de 80 universidades, donde se volvió a votar la huelga ilimitada. La ministra, en la línea del gobierno de Sarkozy, ha dicho que no cederá, lo que ha contribuido a encrespar los ánimos. Lxs presidentxs de universidad, algunos de ellos considerados de derechas y pro-gobierno, han comenzado también a responder. Reunidos en la Sorbona, nueve de ellxs han lanzado un llamamiento al que se han ido sumando otros presidentes, y donde se denuncia en las reformas "el mayor ataque a la escuela pública realizado desde Vichy".
¿Adonde van? Aprovechando la iniciativa de lxs profesorxs, lxs estudiantes han empezado a movilizarse ellos también, organizando conjuntamente talleres de reflexión, acudiendo a las manifestaciones, y convocando sus propias asambleas. Algunas de ellas han sido enormes, batiendo los récords alcanzados durante el movimiento contra el CPE. La masividad del movimiento estudiantil, sumada a la legitimidad aportada por profesorxs, investigadorxs y presidentes de universidad, puede ser una mezcla explosiva. Este movimiento puede además ser el desencadenante de otro mucho más grande: la defensa de la universidad como servicio público despierta la solidaridad de buena parte de lxs trabajadorxs, y motiva a luchar a una población cada vez más harta de las medidas de Sarkozy los efectos de la crisis. La enorme huelga general del 29 de enero puede ser un simple aperitivo de lo que se prepara.
domingo, 15 de febrero de 2009
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